El ojo de Horus 8: El camino de la comprensión
Ojo de Horus, o Udyat »el que está completo», fue un sÃmbolo de caracterÃsticas mágicas, protectoras, purificadoras, sanadoras, sÃmbolo solar que encarnaba el orden, lo imperturbado, el estado perfecto. El Udyat es un sÃmbolo de estabilidad cósmico-estatal.
La civilización egipcia, guiada por los sacerdotes de la Escuela de Misterios de El Ojo de Horus, se basó en una creencia fundamental, que el hombre encarna repetidamente para vivir un proceso de perfeccionamiento que lo conduce de su animalidad original a la sabidurÃa y la inmortalidad. Ese camino evolutivo tiene siete fases, siete niveles determinados por la sabidurÃa que lleva acumulada, por la frecuencia en que vibra y por la cantidad de energÃa vital que puede procesar. La sabidurÃa alcanzada, resultado de las verdades que ha comprobado en cada vida, le permite estar cada vez más tiempo en un estado de paz interior, con lo que aumenta, poco a poco, su frecuencia de vibración. En forma correspondiente, va aumentando la cantidad de energÃa vital que puede procesar y distribuir en su sistema neuronal. Cada vez utiliza un chakra más alto de los siete ubicados sobre su columna vertebral para captarla y su aura o campo electromagnético personal, va creciendo en consonancia. Las circunstancias que el hombre experimenta, los procesos que debe vivir con el objeto de evolucionar, de adquirir sabidurÃa, fueron diseñadas por Dios de una manera perfecta. Los egipcios creÃan que la energÃa que fluye de Dios y que se manifiesta de distintas maneras, determina los procesos a que es sometido cada espÃritu. El universo serÃa como una fábrica de conciencias sometidas a una serie de procesos lineales.
El hombre se encarna sobre la tierra que gira alrededor de una fuente radiante, el sol. De allà recibe su primera energÃa. El sistema solar gira a su vez alrededor del sol central de la galaxia, otra fuente radiante de energÃa. Ellos se encontraron que durante este giro que tarda 25.920 años, al que llamaron el año cósmico, el sistema solar recibe la energÃa de una serie distinta de astros radiantes que producen distintos campos de fuerza. Dividieron ese recorrido en doce sectores, doce fuerzas fundamentales que recibe el planeta durante los 2.160 años que tarda en atravesarlos.
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