Religiosidad Inconsciente
( Caballero Kadosch Gr. 30° )
“Para determinar la relación de la dimensión humana a la divina, es decir ultra humana, nos puede ser útil el símil matemático de la sección áurea, según el cual la parte más pequeña esta en relación a la más grande como esta última lo está respecto al todo.
¿Acaso no sucede algo análogo con relación del animal al hombre y del hombre a Dios?. Como es sabido, el mundo del animal es un << Mundo ambiental >>, mientras que el hombre, como dice Max Scheler, << Tiene mundo >>; ahora bien, este mundo humano está en relación a un <<ultramundo>> de la misma manera que el animal lo está al mundo de los hombres. Esto quiere decir que, así como el animal no puede estar en condiciones de entender al hombre y el mundo de este último a partir de su propio mundo ambiental, tampoco es posible que el hombre llegue a hacerse una idea clara de ese ultramundo, es decir a comprender a Dios o penetrar en sus designios” (1).
( Caballero Kadosch Gr. 30° )
La palabra religión etimológicamente proviene de “religare” o “religio” que puede traducirse como “ligar”, “unir”, o “relacionar”; Como se hará notar más adelante, Hablar de religión es hacerlo circunstancialmente de Dios, sin embargo, la existencia de Dios no está condicionada a la existencia de religión alguna.
La religión como un medio para relacionar al hombre con Dios, forma parte de la naturaleza humana, de ahí que no sea estrictamente producto de la razón y de la lógica, sino que emerge como una pulsión desde el inconsciente hasta el consciente humano como una necesidad a satisfacer, pero en lugar de ser una religión auténticamente personal y nacida del hombre mismo, el hombre vierte sus impulsos por cauces y modelos ya preestablecidos por religiones institucionalizadas ya existentes. De tal modo que la ecuación que debería ser hombre-Dios, el creyente la ha alterado cambiándola por hombre-hombre sustituyendo a Dios por hombres igual a él como: sacerdotes, pastores, o ministros entre otros más.
La nada o vacío absoluto no existe, y todo existe en “algo” mayor, compartiendo la parte con el todo en una relación proporcional de mayor a menor, de tal modo que Dios, el universo y el hombre, comparten de algún modo y forma los mismos poderes activos o potenciales.
El hombre fue formado y vive en un mundo concreto de formas materiales, de ahí proviene la dificultad para comprender las abstracciones de la ciencia y del espíritu. Los sentidos físicos nos revelan las realidades físicas, y las del espíritu o alma requieren de otro tipo de sentido, que bien podría ser al que se refiere Viktor E. Frankl como: “El sentido último” (2), Inclusive esté escritor, menciona a la “intuición” como uno de los sentidos del alma, y agrega “La voz de la consciencia tiene que ser algo extrahumano” (1).
Al hombre le agrada sentir piso bajo sus pies, porque nos proporciona seguridad en nuestro andar, la estructura de nuestra psique siente incertidumbre y amenazada sin esa solides bajo nuestros pies, de ahí que tendemos a negar o distanciarnos de aquello que no vemos, tocamos o comprendemos. Nuestros ancestros más antiguos vieron la lluvia, el rayo y el fuego entre otras cosas más, y las convirtieron en dioses, con el trascurrir del tiempo y la evolución de la mente humana, la ciencia se encargó de revelarnos que solo son fuerzas de la naturaleza, de tal modo, que quizás el hombre del futuro nos revele distantes horizontes con nuevas realidades físicas como espirituales.
Uno de los peores errores del hombre, es creerse poseedor de la verdad única y absoluta. La historia nos ha revelado el horror, sufrimiento y muerte que la intolerancia religiosa ha causado a la humanidad por el solo hecho de que existan personas que diferían de sus ideas y creencias. Nacimos y vivimos en una humanidad plural en su modo de pensar, sentir, vivir y creer. Y aún lo abstracto o espiritual, es una realidad individual para él que tiene necesidad de ella.
El hombre necesita un punto de apoyo concreto para comprender lo intangible, abstracto y espiritual. Las ceremonias, rituales y sacramentos que algunas religiones, ordenes o fraternidades místicas utilizan, son palabras, objetos y actos físicos que el hombre puede observar y tocar, y que vienen a ayudar en la comprensión de lo que es espiritual, y que tienen como propósito alterar nuestra consciencia despertando el“sentido espiritual” que nos lleva en diferente forma y grado de intensidad a percibir o comprender lo que es propio del alma o mundo divino… Que no existe exacta y necesariamente fuera del hombre.
Lejos de ver al hombre del futuro sin religión, lo veo con una religión personal, autentica en cuanto emergerá directamente de su interior, porque él es templo, altar, víctima y sacerdote al mismo tiempo… Y el Dios que busca, se revelara en la justa proporción de la evolución del pensamiento humano.
Viktor E. Frankl dice: “La total existencia del hombre en su profundidad, son esencialmente inconscientes”, y Resume: “Podríamos decir que el fenómeno espiritual puede ser consciente o inconsciente; sin embargo, las bases espirituales de la existencia humana son, en último término, inconscientes. Así pues, en su nivel más profundo, el centro del ser humano es inconsciente. En sus orígenes, el espíritu humano es un espíritu inconsciente” (2).
Para encontrar a Dios, el hombre deberá primero encontrarlo en él mismo… ¿Lo permitirá la loba de roma?
Fraternalmente.
Lázaharo Hael,’,
Nota:
Víctor E. Frankl escribe sobre el “sentido”, el cual puede entenderse como: dirección, razón y propósito de nuestra existencia, pero también puede entenderse como la capacidad o medio para percibir; En su libro << El Hombre En Busca Del Sentido Último >>, lo define en su portada como: “El análisis existencial y la conciencia espiritual del ser humano” (2).
Palabras, símbolos y alegorías, no son verdades por sí mismas, solo señalan hacia ellas.
El presente son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todo son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. Miércoles 10 de junio del 2015.
Bibliografía:
(1).- La presencia ignorada de Dios.- Viktor E. Frankl.
(2).- El hombre en busca del sentido último.- Viktor E. Frankl.
(3).- En el principio era el sentido.- Viktor E. Frankl.
El hombre en busca del sentido.- Viktor E. Frankl.
La Biblia.- Reina-Valera (1960).