La cuerda con doce nudos
Si hemos de creer a un Masón que ha estudiado particularmente las antigüedades germánicas, muchas de nuestras tradiciones tendrÃan sus raÃces en un pasado muy antiguo.
AsÃ, la Cuerda que rodea la Logia, partiendo de una de las columnas de la entrada para terminar en la otra, corresponderÃa exactamente al cordón que circunscribÃa el recinto reservado a las Asambleas, a la vez polÃticas y judiciales de los Germanos.
Estas asambleas se celebraban al aire libre, en un lugar consagrado, muy a menudo en una eminencia natural o artificial. El lugar escogido estaba circunscrito por lanzas o estacas enterradas en la tierra y amarradas por una cuerda sólidamente anudada a estos soportes.
El recinto asà constituido, se consideraba sagrado. Aquel que hubiere querido pasar bajo la cuerda para entrar o salir se habrÃa hecho culpable de un sacrilegio y habrÃa sido, seguramente, sacrificado a las divinidades de la horda o del clan. Para participar en la asamblea, era necesario pasar por entre las dos estacas donde estaban atadas las extremidades de la cuerda. Aquà se colocaba un heraldo, que tenÃa por misión oponerse a la entrada de las personas no calificadas.
Sólo los hombres nacidos libres eran admitidos. DebÃan obligatoriamente estar revestidos de sus armas, colgadas en la cintura, en forma de delantal, pues, entre los pueblos aficionados a combatir desnudos, el equipo de guerra podÃa, en rigor, servir de vestimenta.
La Asamblea se abrÃa a continuación de un cambio de preguntas y respuestas acerca de la hora, pues, debÃa comprobarse que el sol habÃa llegado al meridiano, que era, pues, medio dÃa, antes que el jefe, espada en mano, invitara a los asistentes a colocarse en orden o ponerse al orden. Es posible que ello se entendiera tomar una actitud convenida, alineándose todos regularmente. En el curso de los debates, la asamblea se pronunciaba sobre todos los asuntos de interés general o de derecho particular que hubieran surgido; ella decidÃa de la paz y particularmente de la guerra, ratificaba los tratados convenidos con los pueblos vecinos, etc.
ProcedÃan también a la admisión en su seno de jóvenes llegados a la mayor edad y reconocidamente dignos de gozar de los derechos y prerrogativas de los hombres libres. Estos recipiendarios eran ante todo despojados de sus armas, de todos los metales, de sus adornos, de sus guantes, para ser en seguida, solemnemente armados y completamente equipados.
Como la escritura era entonces desconocida, la memoria debÃa detener todas las decisiones que tenÃan fuerza de ley. Una instrucción jurÃdica por preguntas y respuestas terminaba, en consecuencia, los debates de cada asamblea.
No se separaban sino a media noche, después de una comida, en que la carne de las vÃctimas sacrificadas era la que hacÃa el gasto. Un ceremonial reglamentaba estos ágapes sagrados, que se mezclaban con libaciones, la última en favor de los Compañeros desgraciados caÃdos en poder del enemigo. Este paralelismo con la MasonerÃa, hace suponer que las confraternidades constructoras de la Edad Media, perpetuaban inconscientemente, costumbres paganas muy antiguas.
La importancia que damos al Mallete, podrÃa, en efecto, relacionarse con dios Donar, especie de Júpiter tonante, en que todo jefe de familia se transformaba en sacerdote en el interior de la casa, donde los ritos familiares se cumplÃan con la ayuda del Martillo.
bernardina caceres
Agradezco la instrucción , muy buena y asà estoy aprendiendo mas fraternalmente gracias
Ramon Viñals Soler
Ciertamente a la cuerda de 12 nudos le hemos aplicado un significado masónico. Pero su remoto origen nos remite a los constructores egipcios (existe un ejemplar expuesto en el Brithis Museum, zona egipcia). Sabemos que los constructores medievales también la usaban y que junto con la plomada y la escuadra eran sus únicos instrumentos de construcción. Según el famoso arquitecto Viollet-le-Duc que levanto los planos y estudio la Catedral de Chartes, el éxito de tan magna construcción, realizada con tan simples instrumentos, viene del hechos de que con ellos conseguÃan una armonÃa en el todo de la obra. Por otra parte los egipcios de los antiguos milenios ya daban a los citados instrumentos el mismo significado que damos a ellos los masones, y en el citado museo pueden verse pequeños compases, escuadras y plomadas en fayenza o metales que llevaban colgados de su cuello como amuletos para recordarles la rectitud, mesura….etc.
Diario Masónico
Gracias Ramón, muy interesante aportación. Un saludo.
juan carlos astone
también los egipcios utilizaban la cuerda de 12 nudos para convertirla con un par de clavos (o estacas) en una escuadra de lados tres por cuatro ( y la hipotenusa de cinco nudos). quizás la primera confirmación del Teorema de Pitágoras descripto muchos años después.