ORLANDO SÁNCHEZ MAROTO/PUBLICADO EN masonería HOY
Respuesta ultracorta: Pues claro, como cualquier institución humana
El hecho de que la masonería persiga objetivos tan nobles como la mejora moral, material y espiritual de la Humanidad, practicando la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad y la Tolerancia, sirviendo como espacio de reflexión personal ética con ayuda de la metáfora de la construcción no implica que sea una institución libre de aspectos mejorables.
De hecho, los masones suelen considerar que todo lo humano es susceptible de mejora, que ninguno de nosotros ni de nuestras obras ha alcanzado la perfección, y eso deja espacio para pulir aún más el trabajo ya realizado.
Supongo que cada masón verá prioritarias diferentes mejoras diferentes a emprender sobre la propia masonería, pero diría que algunos posibles puntos de mejora seguramente concitarían bastante consenso.
Mi lista particular de puntos a mejorar sería algo así:
- Un mayor esfuerzo por parte de las diferentes masonerías para crear mayores lazos entre sí. Creo que es muy positivo que la masonería sea tan diversa como lo es (un amigo y maestro dijo una vez “la masonería o es diversa o no es”, y es una frase que recuerdo a menudo), pero esa enorme diversidad debería ser compatible con un reconocimiento de esos elementos comunes que identifican a la masonería y la diferencian de otro tipo de asociaciones filosóficas, solidarias, rituales, etc. Especialmente, me gustaría que aparecieran mayores lazos de unión entre las dos grandes corrientes de la masonería, la continental y la anglosajona, ya que creo que tienen mucho que aprender una de otra.
- Consecuentemente, a menor escala, las logias y los masones individuales deben hacer constantemente un esfuerzo de comprensión de sus diferencias, y de esa forma, empujar a sus instancias superiores al entendimiento que comentaba antes.
- A veces, los maestros masones se olvidan de que deben seguir continuamente en la senda de perfeccionamiento, y que siempre tendrán defectos que pulir, por pequeños que sean, y deben ser capaces de ser más exigentes consigo mismos y más benévolos con los demás
- Aunque parezca una chorrada al masón de a pie, creo que sería importante que la masonería se tomara en serio una renovación de su imagen sobrecargada, acartonada, anticuada. Salvo notables excepciones, la mayoría de las logias parecen sacadas de un museo barroco, lo cual hasta cierto punto es absurdo, puesto que los símbolos que se usan como soporte de la reflexión ética son atemporales. Esa imagen pasada de moda echa para atrás a muchísima gente que de otra forma podría encontrar en la masonería satisfacción a sus inquietudes y a su necesidad de filosofar “a nivel usuario”
4. La masonería debería ser capaz de explicar de forma lisa y llana, entendible para cualquiera, qué producto útil destila en la sociedad, y conectarse con otras instituciones de la misma.
Normalmente, la masonería tiene relación con el mundo universitario a través de las facultades de historia, por la importancia que tuvo en ciertos periodos
Eso debería cambiar y la masonería debería orientarse hacia las facultades de filosofía, ciencias, bellas artes y conservatorios, porque hay muchas personas que no son filósofos, científicos o artistas profesionales, pero que podrían cultivar de forma aficionada estas inquietudes universales en el ser humano, de la misma forma que los deportistas de base y los astrónomos aficionados practican en su nivel estas disciplinas sin llegar a la élite. Hay que enganchar la masonería a los vectores culturales vigentes, no a los que existían en el siglo XVIII
5. En particular, en España, la masonería debería hacer un esfuerzo por contrarrestar la leyenda negra que los sectores más ultramontanos han vertido sobre ella para impedir que su propuesta de reflexión y pensamiento crítico alcanzara amplias capas de la sociedad. Habría que poner en valor la aportación de masones muy conocidos por la sociedad española por desarrollos profesionales donde se detecta su reflexión masónica, como Clara Campoamor, Santiago Ramón y Cajal, etc.
Y ser capaces de combinar un uso inteligente del derecho a la intimidad del masón que no quiere, por la cuestión que sea, que se sepa su asociación a la masonería, con la “salida del armario” y el reconocimiento público del masón que hace una valiosa labor divulgadora del trabajo que se hace en masonería.
Supongo que otros masones verán otras cuestiones más principales, pero para eso, hay que preguntarle a cada uno lo que piensa, porque en masonería no existe el pensamiento único ni el políticamente correcto (al menos, no debería existir).
Los que no sois masones puede que penséis que es una lista de tareas muy dura para ser llevada a cabo. Mi opinión es que si hay una institución humana capaz de lograr una renovación como la que describo y al mismo tiempo conservar esos ideales tan nobles es la masonería. Y cualquier nuevo punto de vista de una persona que entre en masonería siempre será bienvenido y vendrá a aportar riqueza a este trabajo.
Jotenegro
Muy de acuerdo con la respuesta y reflexión anterior dada a la inquietud planteada que el H:. Sanchez Maroto se hace. Creo firmemente,y con los años que ya llevo en este oficio, que falta mucho por hacer, pero no en la concepción fundamental de la Masonería, sino más bien en la formación del actual masón. Una mejor docencia hará una mejor experiencia futura en el quehacer iniciático, pues es necesario aprehender con verdadera pasión el verdadero sentido de lo que busca la Masonería, asimilar su itinerario ético-filosófico para internalizarla en el ser, hacer de ella, en pocas palabras, un modo de vida. Un componente humano y masónico que vibre verdaderamente en alta sintonía con sus Principios e Ideales es la base sólida, el fundamento del Edificio Humanista que nuestra Orden busca, sobretodo hoy en que la sociedad se ve envuelta en un torbellino de revoluciones que desconciertan y desorientan la vida moderna.La educación siempre será la clave primigenia de todo desarrollo y en cualquier plano de la vida humana,y por cierto, de ello no escapa la Masonería.
Demóstenes Lalinde Torres
La masonería como institución u orden iniciática no tiene defectos. Quienes tienen defectos (superables), son los masones mismos. Respetuosamente creo que dentro de las logias hay mucha piedra bruta sin «desvastar», mucha piedra bruta sin «tallar» y mucha piedra bruta sin «pulir . Parece ser que algunos hermanos no han entendido, ni asimilado el fin supremo de la masonería.Hay muchos prejuicios de distinta índole que entorpecen el camino hacia la perfección del verdadero masón. Si se compara con un juego, la masonería tiene sus propias reglas y normas para aceptar, cumplir, respetar y acatar. Si una persona no se somete libremente a éstas reglas, no se alimentará de los frutos que brinda la orden iniciática. Es necesario reflexionar e intuir los beneficios y las bondades de la filosofía masónica y de sus enseñanzas. Estas bondades y beneficios se proyectan en el hombre, en la familia , en la sociedad, en el país de origen de cada adepto y en la humanidad: en todo tiempo y lugar. La masonería convierte a sus adeptos en hombres de recto corazón a través de la práctica de la justicia; en hombres de conciencia pura a través de la razón y en hombres de inteligencia abierta a través de la tolerancia. Este cambio requiere esfuerzo, disciplina, tiempo,constancia, dedicación, cumplimiento y voluntad. Así se forjan en la Orden, los verdaderos masones, los que se identifican con la doctrina y con la verdadera práctica de las enseñanzas masónicas. Si hay defectos, se corrigen; si hay errores, se superan;si hay falencias, se aclaran, y el proceso didáctico continúa en la conquista de la perfección.