Desmemoria del Senado en el DÃa de la Memoria del Holocausto
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El Senado de España se ha sumado a los actos por la Memoria de las VÃctimas del Holocausto, que se celebra el 27 de enero por ser la fecha de la liberación del Campo de Exterminio de Auschwitz-Birkenau, de la que en 2015 se conmemora el 70 aniversario.
En su celebración contra la barbarie, la Cámara Alta abrió sus puertas a los principales colectivos represaliados de forma sistemática por el régimen Nazi… salvo uno.
“Este olvido del Senado en España en el DÃÂa Internacional de Memoria contra el Holocausto sólo constata lo difÃÂcil que es afrontar la propia historia. Entendemos que nuestra presencia hubiese sido incomoda, pues de todos los colectivos represaliados por el terror Nazi, la MasonerÃÂa es el que sufrió peor suerte en España, el único que no permite decir ocurrió lejos y fueron otros, que exigirÃÂa recordar y reconciliarnos con lo que pasó aquÃÂ, el único para el que se crearon leyes especÃÂficas en España y tribunales especiales en España, que padeció una persecución tan sistemática como en Alemania y mucho más duradera en el tiempo. De hecho, la labor de estos tribunales fue tan eficaz que terminaron por cambiar de nombre y función cuando no quedaba ya trabajo por hacer”, reflexiona para El Oriente el Gran Maestro de laGran Logia de España, el Muy Respetable Hermano Óscar de Alfonso.
El Museo del Holocausto de Estados Unidos dedica una sección al exterminio de la MasonerÃÂa bajo el régimen Nazi, que se inició de forma muy temprana.
A principios de 1934, el Sistema Judicial de la Alemania Nazi dictaminó que los masones no podrÃÂan afiliarse al partido; en mayo, el Ministerio de Defensa prohibió la pertenencia a las logias a todo su personal, militar o civil; en el verano la Gestapo cerró a la fuerza muchas logias masónicas, confiscando sus bienes, bibliotecas y archivos; en octubre, el ministro del Interior del Reich Wilhelm Frick emitió un decreto que definÃÂa a las logias como enemigas de Estado.
Lo que siguió en Alemania al cierre de las logias, bien puede compararse con la obsesión del general Franco con la existencia de un contubernio judeo-masónico-comunista-liberal, al que llegó a referirse en su último discurso, en 1975. Asàlo explica, literalmente, el Museo del Holocausto de Estados Unidos:
“La propaganda nazi siguió vinculando a judÃÂos y masones. La virulenta publicación de Julius Streicher Tropas de Asalto imprimió repetidamente caricaturas y artÃÂculos que trataban de retratar una conspiración judeo-masónica. La MasonerÃÂa también se convirtió en una obsesión particular del jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich, Reinhard Heydrich, quien contó a los masones, junto con los judÃÂos y la curia, como los enemigos más implacables de la raza alemana. En 1935 Heydrich abogó por la necesidad de eliminar no sólo las manifestaciones visibles de estos enemigos, sino de erradicar de todos los alemanes la influencia indirecta del espÃÂritu judÃÂo, un residuo infeccioso judÃÂo, liberal y masónico que permanece en el inconsciente de muchos, especialmente en el mundo académico e intelectual”.
Heydrich creó la sección especial II/111 del Servició de Seguridad de las SS para ocuparse especÃÂficamente de la MasonerÃÂa.
“Su personal creÃÂa que la MasonerÃÂa ejercÃÂa un poder polÃÂtico real, daba forma a la opinión pública a través del control de la prensa, y estaba en condiciones de provocar la guerra, la subversión y revolución”, explica el Museo del Holocausto de Estados Unidos, retratando unas acusaciones muy similares a las que justificaron la persecución sistemática de la institución en España.
Como parte de su campaña de propaganda contra la MasonerÃÂa en la Europa ocupada, los Nazis organizaron diversas exposiciones antimasónicas. “A través de la exhibición de objetos ritualÃÂsticos masónico robados de sus logias, tales exposiciones estaban destinadas al ridÃÂculo y odio directo hacia los masones y a aumentar los temores de una conspiración judeo-masónica”, explica el Museo del Holocausto de Estados Unidos. Es imposible visitar ya aquellas exhibiciones Nazis, las más importantes de las cuales se celebraron en ParÃÂs en 1940 y en Bruselas en 1941, pero resulta fácil hacerse una idea en Salamanca, donde aún es factible visitar la falsa Logia Masónica en cuya dramaturgia participó el propio jefe del Estado. Inalterada en la democracia, constituye un monumento a la persecución que la MasonerÃÂa sufrió en España. Es visitado, cada año, por centenares de masones de todo el mundo.
Resulta imposible determinar con exactitud el número de Queridos Hermanos que perdieron la vida por su condición a manos de los Nazis, pues muchos de ellos tomaron pronto parte activa en el conflicto. “Debido a que muchos de los masones que fueron detenidos también eran judÃÂos o miembros de la oposición polÃÂtica, no se puede calcular cuántos individuos fueron enviados a los campos de concentración nazis o fusilados sólo porque eran masones”, explica el Museo del Holocausto de Estados Unidos.
“La MasonerÃÂa no actúa en la Historia, los masones sÃÂ, desde una radical libertad individual pero, también, desde la enorme firmeza de nuestros valores compartidos. En un momento en que la civilización como la conocemos estuvo a punto de desaparecer, fue la determinación de personas como nuestros Queridos Hermanos Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill, la que permitió su supervivencia. Y el tesón de una cuñada, como decimos los masones, de Eleanor Roosevelt, el que permitió que de todo ese sufrimiento naciese la Declaración Universal de los Derechos Humanos, quizás, el fruto más importante que el siglo XX lega al XXI”, concluyó el Gran Maestro de la Gran Logia de España.