Historia de la masonería en el País Vasco
INTRODUCCIÓN:
En uno de nuestros ritos, al cierre de los trabajos, el Venerable Maestro dirigiéndose a resto de los hermanos les arenga diciendo:
-¡Qué la luz que ha iluminado nuestros trabajos continúe brillando en nosotros, para que terminemos «FUERA» la obra empezada en el templo, pero que no esté expuesta a los profanos!.
En este sentido, con sincera humildad debemos reconocer que la luz de la masonería vasca no ha iluminado con la brillantez necesaria para alumbrar a nuestra sociedad, al menos, en la orientación deseada con las palabras que en el cierre de las logias pronuncian los vigilantes y el venerable maestro, cual son, la paz, el amor y la alegría. Anhelos de paz, de amor y de alegría que no faltan en la inmensa mayoría de los vascos, pero que el fanatismo, la ignorancia y la ambición de otros vascos han abortado empecinadamente una y otra vez a lo largo de nuestra historia.
No existen muchos vestigios de la labor desarrollada en esta tierra por nuestros predecesores los masones operativos. La historia de la masonería especulativa, podríamos sintetizarla declarando que la escasa influencia de la masonería simbólica en la sociedad vasca es anterior a este siglo que ahora llega a su ocaso y fundamentalmente en campo cultural, muy escasa en el campo político y tímidamente nos arriesgaríamos a sugerir que, es más que probable que fuera el origen de una de las más singulares y populares instituciones de la sociedad guipuzcoana, como son las sociedades gastronómicas.
Desgraciadamente es mayor la influencia aparente que, acertada o erróneamente, se nos atribuye o se nos supone a los masones vascos en el seno de nuestra sociedad, que la que realmente hemos tenido en la historia de estos últimos tres siglos. Analizando sin apasionamiento a la luz de la Historia a los francmasones vascos, vemos como apologistas y detractores, nos otorgan o nos imputan hechos que poco tienen que ver realmente con la Francmasonería.
Tomemos como ejemplo el gran debate abierto de la sociedad vasca sobre los orígenes de su desvertebración actual en dos comunidades y los argumentos que se esgrimen en torno al nacionalismo excluyente y en consecuencia a la intolerancia reinante.
Don Sabino Arana, el mítico fundador del nacionalismo vasco, en todas sus diferentes obras escritas. arremete apasionadamente contra los francmasones, calificándolos en tono acusador con diferentes adjetivos, de liberales, anticristianos, esclavos de Satanás, infiltrados extranjeros y por ende, culpables sin remisión de todos los males que aquejaban a su amada Bizkaya. Son para él los masones responsables de los tres males que aquejan a Euskalherria; la descristianización; el asentamiento dominante de la lengua española y la pérdida de identidad de lo vasco arrastrados por la ideología librepensadora.
Obvio aclararles a ustedes que para Don Sabino Arana, la libertad, la igualdad y la fraternidad utópica de toda la especie humana, era una perversidad contraria al espíritu patriota y a las que todo vasco de bien, debería enfrentarse. Recientemente, Don Jon Juaristi estudioso vasco contrario a las tesis de Sr. Arana, publica en su premiado libro «El bucle melancólico» un alegato a favor de la superioridad de la Historia sobre las historias en las que se asienta la ideología nacionalista y nos habla con cierto tono irónico, en una de esas historias en las que, según él, se basa esa especie de mitología en la que se sustenta el nacionalismo, sirviéndose de ella para desmitificar, lo que él denomina fanática y excluyente ideología del nacionalismo vasco, Nos ilustra sobre el papel real que jugó un francmasón vascofrancés llamado Joseph Agustín Chaho (1811 – 1858) exiliado en Vitoria durante algún tiempo y del que el Señor Juaristi dice que, quizás su labor de exaltación de lo vasco no fuera más que la misión encomendada a un comisionado al servicio de la masonería internacional.
Al Señor Chaho desde las filas nacionalistas muchos lo señalan como el verdadero precursor de lo que más adelante serán los ideales nacionalistas proclamados por Don Sabino de Arana y Goiri.
Según el Sr. Juaristi, la figura legendaria de Aitor, padre mitológico del pueblo vasco, es creación exclusiva del masón Chaho, así como reconoce la promoción que hizo de la cultura popular vasca, por la que se interesó sinceramente, organizando junto al filántropo y acaudalado Antoine D’Abadie juegos florales y festivales anuales de marcado carácter folclórico, así como certámenes literarios en lengua eusquérica que contribuyeron grandemente a dignificar, por primera vez en la historia, la literatura vasca, siendo pionero en el enaltecimiento del hecho cultural genuinamente éuscaro.
Como pueden observar dos posiciones contrapuestas en torno al fenómeno del nacionalismo vasco al juzgar con muy poco rigor el papel histórico de la francmasonería o más concretamente a los masones, por un lado desde el campo nacionalista se alaba sin recato las aportaciones y dedicación del Sr. Chaho y Antoine D’Abadie a la idea del renacer de Euskalherría como país diferenciado del resto de España y por otro se nos critica como una de las causas de la pérdida de identidad nacional de esa misma Euskalherría.
Analicemos pues, sin apasionamiento y con el máximo rigor cual ha sido realmente el papel de la Masonería en esta tierra vasca; quienes han sido los masones vascos y cuales las relaciones e influencias de éstos con la sociedad, sus aportaciones y sus influencias.
Hemos basado la mayor parte de nuestro trabajo al redactar esta plancha en el libro de D. Francisco Rodríguez de Coro, titulado «Los Masones» y editado por la Fundación «Sancho el Sabio» con el patrocinio de la Caja de Ahorros de Vitoria y Álava; intentando enriquecerlo con otras aportaciones bibliográficas y con datos propios de la realidad de la masonería vasca actual; la surgida en España a raíz del advenimiento de la democracia y que actualmente comienza a dar sus primeros y balbucientes pasos con la incorporación de una nueva generación de masones, nacidos en las penumbras de la larga noche de la dictadura franquista y que hoy emergen poco a poco a la luz, tratando de continuar la obra de todos aquellos hombres que fueron condenados a enmudecer bajo la persecución de la tiranía de los enemigos de la libertad y de aquellos otros que de un modo anónimo lograron mantener encendida las antorchas de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad a pesar del riesgo que conllevaba la afirmación de estos principios.
Fuente: jrvarela.net
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