Hace 105 años, el 1 de noviembre de 1910 se fundaba en Barcelona la Confederación Nacional del Trabajo (CNT); unión confederal de sindicatos autónomos de ideología anarcosindicalista adherida a la organización de carácter mundial Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT)
También es una organización que ha desempeñado un papel muy significativo dentro de los movimientos sociales relacionados con el anarquismo.
Por otro lado, con un significativo legado histórico y cultural, la CNT continúa hoy participando en el movimiento obrero español basándose en los principios anarquistas del antiautoritarismo; el anticapitalismo, el antiestatismo, el internacionalismo y antimilitarismo, el federalismo, la solidaridad y promoviendo la autogestión total de la sociedad.
Posteriormente, en 1939 la Ley de responsabilidades políticas ilegalizaba la organización y se expropiaban sus bienes. Entonces la CNT contaba con un millón de afiliados y la infraestructura que la soportaba era amplia. Funcionó de forma clandestina, dándose también actividades de cenetistas en el exilio y siguió la lucha contra el régimen de Franco hasta 1948 a través de algunos maquis y la guerrilla urbana. Su estructura casi desapareció, hasta que en 1961 se revitalizó consolidándose a lo largo de las décadas de 1960 y 1970 gracias a la penetración del ideario anarcosindicalista en organizaciones obreras católicas antifranquistas como Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC).
Tras la muerte de Franco, en 1977 la CNT celebra un multitudinario mitin en Montjuic en el que participó Federica Montseny. Son sus objetivos:
- Desarrollar entre los trabajadores el espíritu de asociación; independientemente de su sexo, raza, nacionalidad, creencias políticas, filosóficas o religiosas.
- Difundir y fomentar entre los trabajadores la cultura y acción libertarias, para elevar su condición moral y material.
- Practicar y fomentar la solidaridad entre los trabajadores.
- Representar, defender y promocionar los intereses económicos, sociales; profesionales y culturales de sus afiliados.
- La creación de una estructura en la que no hay dirigentes ni poder ejecutivo.
- El deseo de transformación radical de la sociedad, por medio de la Revolución Social.
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