El reto de cultivar nuevos hábitos mentales
por Christian Gadea Saguier
Vivimos una época de cambios descomunales, caracterizada por la aceleración de la globalización, la acumulación de cantidades ingentes de información y la creciente hegemonía de la ciencia y la teconología, que colocan en entredicho las metodologías de aprendizaje hasta ahora practicadas.
Para adaptarnos a estos cambios es necesaria una vuelta de tuerca en las nociones que tenemos sobre el aprendizaje y las maneras de organizar el pensamiento, tanto en el ámbito académico como en el mundo social y profesional.
Intrigado por esta realidad, acabo de terminar de leer Las cinco mentes del futuro, donde el destacado psicólogo Howard Gardner define las cinco capacidades cognitivas que, según él y estoy de acuerdo, en los años venideros van a ser las más solicitadas: la mente disciplinar, la mente sintetizante, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética.
El libro trata sobre el modo en que deberíamos usar nuestras mentes, y presenta las tipologías de mentes que serán precisas si queremos prosperar en el futuro, puesto que ese tiempo exigirá capacidades que hasta la fecha sólo ha sido meras posibilidades. Por lo tanto, para prepararnos a los retos venideros, algunos ya presentes, deberíamos empezar a cultivar estas capacidades al terminar de leer esta nota.
El autor de Inteligencias Múltiples aborda el tema desde diversas perspectivas: desde la historia a la antropología, pasando por otras disciplinas humanísticas, utilizando como eje transversal la cuestión de los valores humanos.
Con las tipologías de mentes que presenta el psicólogo de la Universidad de Harvard estará en condiciones de enfrentar a lo previsible, así como aquello que no es posible anticipar. Sin embargo, en ausencia de esta actualización cognitiva, quedará a merced de unas fuerzas que no puede sostener y que, por lo tanto, tampoco puede controlar.
La mente disciplinada, entendida como la facultad de perfeccionar una determinada destreza o habilidad, es un tipo significativo de cognición que aprendemos al desarrollar una disciplina académica, un oficio o una profesión. Gadner sostiene que el periodo para dominar esa disciplina en toda su dimensión implica diez años de esfuerzo. Si el lector no cuenta en su haber con al menos una disciplina está destinado a seguir el paso que le marquen los demás, sostiene el autor.
Al contar con el dominio de una disciplina, dentro de ella la información fluye como un caudaloso río, razón por la cual se hace necesario el desarrollo de una mente sintética, aquella que recaba información de fuentes dispares, comprende y evalúa esa informacíón con objetividad y la reúne de forma que adquiera sentido no sólo para quien la ha sintetizado sino también para los demás.
Sumando estas dos columnas que sostienen nuestra gestión intelecual aplicada a todos los ámbitos logramos un equilibrio, resultado por el que no debemos relajarnos sino seguir camino hacia senderos desconocidos.
Es en este recorrido donde se presentan nuevas ideas y preguntas con las que no estamos familiarizados, e inclusive fuerza a pensar de una manera nunca antes realizada, alcanzando respuestas imprevistas. Es con esta actitud donde se aplica la mente creativa que se mantiene a un paso por delante de lo normalmente aceptado en los convencionalismos. Este es el espacio donde se observan a los líderes transformacionales, quienes son capaces, a través de la persuación y del ejemplo personal, de cambiar la manera de pensar, sentir y comportarse de aquellos a los que intenta liderar.
Recorriendo este nuevo mundo que se hace cada vez más pequeño debido al desarrollo de las teconologías de comunicación, ya nadie que desee vivir en el futuro puede permanecer encerrado en su caparazón o en su territorio particular; desde donde mide, observa y acepta o no las diferencias entre los individuos y los grupos humanos. El arribo a esta nueva sociedad requiere de una mente respetuosa que sepa comprender a esos “otros” y procure trabajar con ellos de forma efectiva.
En un mundo en que todo está interrelacionado, menciona Gardner, la intolerancia o la falta de respeto han dejado de ser una opción viable, por lo que la aplicación de una manera ética de pensar no solamente se hace legítima sino necesaria.
Esta mente ética reflexiona acerca de la naturaleza del propio trabajo y sobre las necesidades y deseos de la sociedad en que vivimos.
Cuando se lee sobre el cultivo de determinados tipos de mente, el marco de referencia más inmediato es la educación, por lo que la primera pregunta del lector es: ¿El autor me invita a educarme, acaso no considera que eso fue un proceso del pasado y que ahora me dedico a recoger sus frutos? Démeje decirle que en el mundo que nos toca vivir la educación tiene que ser continuada y prolongarse a lo lardo de toda la vida, sobre todo para difenciar a los maestros de los medios que hacen su papel.
Solamente un cultivo en la educación nos permite cosechar preguntas claves que podrán determinar el éxito de nuestras gestiones, porque son en las cuestiones donde se da el inicio del camino; preguntarnos cual es la mejor manera de activar nuestras aptitudes y capacidades a fin de que el futuro nos halle al día como protagonistas, es un interrogante determinante para encontrar la certeza; de lo contrario quedaremos por el camino, o seremos conducidos por otros.
Espero haber demostrado la importancia del cultivo de estas formas cognitivas, pero si aún quedan dudas, aquí van estos aforismos como dardos a la diana:
- Los individuos que no dominen una disciplina serán relagados a tareas menores, o peor… desempleados
- Aquellos sin capacidad de síntesis serán superados por la información y no podrán tomar una decisión
- Los conservadores que se cierren a la creatividad serán sustituídos por computadoras para hacer lo mismo
- Los irrespetuosos no obtendrán el respeto de los demás y acabarán contaminando el lugar de trabajo
- Los que no apuesten a la ética crearán un mundo desprovisto de decente y responsables
Están a tiempo de constituirse en sus propias locomotoras, caso contrario serán vagones de otros trenes.
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