Escena iniciación en un film italiano
Un borghese piccolo piccolo es un film italiano que contiene una visión satírica de una iniciación masónica.
Inmediatamente antes de este hiato seguimos despreocupados a Giovanni y Marco Vivaldi (Alberto Sordi y Vincenzo Crocitti), padre e hijo, que se dirigen de buena mañana al examen de la oposición para el ingreso del segundo en la función pública. Hasta ese momento hemos asistido a una sucesión de peripecias bufas en las que Sordi ha hecho lo imposible para asegurar a su querido vástago un puesto en el mismo Ministerio en el que él ha consumido su monótona vida. En este trayecto alguien a quien apenas atisbamos pasa por detrás de ambos como una exhalación. Entonces el plano corta al punto de vista del protagonista, suenan unos tiros, una chica se vuelve asustada, y cuando volvemos sobre la pareja, Marco Vivaldi ha desaparecido del cuadro. La chica grita, pero Giovanni, solo en la imagen, parece seguir ajeno a la tragedia. Tras unos instantes de desconcierto nos percatamos de que Giovanni/Sordi tiene la cara y la camisa salpicada con unas gotas de sangre apenas perceptibles, de que estamos en medio de un atraco y algo grave ha pasado con Marco. Al momento éste se nos aparece tendido exánime en la calzada.
El súbito asesinato del silencioso y algo obtuso Marco Vivaldi no solo ilustra de maravilla la sinrazón de cualquier muerte violenta repentina, sino que hace saltar por los aires -y desde dentro- todo el acomodado sistema de un estilo nacional, como era la comedia italiana, discutiendo y poniendo en cuestión la acrítica y autoreferencial continuidad de un género ligero, romo y ya marchito, que salvo contadas excepciones (también desbordamientos de la comedia hacia el drama, p.e. I vitelloni, Il sorpasso, Un detenuto in attesa di giudizio), se contentaba con agotar la táctica del espejo deformado frente a la mezquina y depredadora Italia del desarrollismo de la postguerra.
El salto sin red dentro del seno de Un borghese piccolo piccolo -de la comedia al drama- simboliza la imposibilidad del género -en plenos años del plomo– perpetrada a manos de dos de sus más importantes exponentes. El film explora el presente económico-social a través de una implacable radiografía del italiano y la Italia media, que siempre había personificado Sordi, dibujando un panorama desolador, autista, que se retroalimenta a través de un egoísta y asfixiante sistema de enchufes y castas cuasihereditario. Al mismo tiempo desvela que, bajo la anémica y anodina vida de Giovanni Vivaldi, la barbarie anida en el cuerpo social, presto a explotar cuando se dan las circunstancias propicias. Asimismo, desnuda lo engañoso que resulta pretender vivir (o crear) en un mundo cerrado y solipsista, sea el Ministerio, la logia masónica que se le superpone, o el mismo cine cómico, todos círculos -hasta entonces- ilusa e irresponsablemente ajenos al mundo y a la sociedad que los circunda.
perla
Para reflexionar y comparar con lo que econtece en mi pais